11:48 hs
Thursday 28 de March de 2024
23°C 73 %
Interior
ZONAS RURALES
16 de September de 2022
Energía solar: cuando la innovación es la única solución viable
En la provincia de Corrientes, el aprovechamiento de la energía solar fotovoltaica no solo es innovación, sino que representa la estrategia más viable para garantizar electricidad a miles de personas. El paraje Malvinas y Apipé Chico, dos casos paradigmáticos de cómo la energía cambia la vida de las personas.
En el paraje Malvinas, Ramona terminó las actividades que le demanda un pequeño emprendimiento productivo y podrá disfrutar de un momento de distracción, tomar una bebida fresca y relajarse frente al televisor mientras sus hijos visitan sitios en Internet.
 
En la isla Apipé Chico, regresa Luis con su avanzada edad, a caballo de sus tareas en un campo alejado de su casa. Es el atardecer, pero ya no le preocupa que sea tarde, pues ahora las noches no son tan oscuras y por el camino aparecen muchas luces que lo guían en el regreso.
 
Cuando para muchos prender una lámpara, mirar la TV, encender el ventilador o cargar el celular parecen acciones casi automáticas, para miles de pobladores rurales de la provincia de Corrientes se trata de una cuenta pendiente a esta altura de los tiempos por la falta de electricidad.
 
Malvinas y Apipé Chico son dos casos paradigmáticos de lugares sin energía. El paraje Malvinas, en el departamento de Esquina, es uno de los poblados de Corrientes más alejados de la infraestructura eléctrica, mientras que Apipé Chico se ubica frente a la Central Hidroeléctrica "Yacyretá", la represa más importante de Argentina, y sin embargo nunca en la historia tuvo electricidad.
 
Tanto para Malvinas como para Apipé Chico y otras zonas rurales, la energía solar fotovoltaica fue la solución y, a la vez, la única opción factible, pues las obras para llevar la electricidad por tendidos de líneas se tornaba inviable desde el punto de vista económico y también por cuestiones técnicas, ambientales, legales y otras razones.
 
Malvinas y Apipé Chico se constituyen en dos experiencias de cómo en Corrientes avanzan proyectos de innovación que, basados en energías renovables, permiten revertir la falta de energía en zonas rurales. En la provincia ya son más de 7.000 personas que habitan en zonas rurales (2.200 viviendas), las que gracias a la energía solar fotovoltaica pudieron acceder por primera vez al suministro, así como más de 75 escuelas rurales.
 
Un derecho básico

"La energía solar fotovoltaica, que en muchos lugares representa una innovación tecnológica para reemplazar las fuentes energéticas tradicionales, en Corrientes está posibilitando, como principal logro, cubrir el derecho fundamental de acceso a la electricidad a los pobladores más alejados", señala el Dr. Luis Vera, de la Dirección de Desarrollo de Energías Renovables de Corrientes, de la Secretaría de Energía.

En materia de acceso a la energía eléctrica la solución -siempre propuesta desde el sentido común- es extender las líneas de cableado, pero cómo hacerlo en zonas tan distantes como Malvinas, tan recónditas como Apipé Chico, casi inaccesibles como la costa suroeste del Paraná, así como otros tantos sitios peculiares de la geografía correntina. En esa línea, "las soluciones que se están proveyendo son las posibles de acuerdo a numerosos criterios analizados", indica Vera; entre ellos, la inversión necesaria en equipos, dificultades de acceso, las necesidades de los pobladores y las posibilidades de mantenimiento por parte de usuarios y de los técnicos.
 
Los logros alcanzados no constituyen solo la aplicación de desarrollos tecnológicos realizados en otros lugares, sino que representan el fruto de años de formación, investigación, realización de proyectos pilotos y de trabajo articulado entre la Secretaría de Energía y diversas instituciones como la Universidad y programas nacionales.
 
Malvinas, un poblado alejado

"Cuando la luz se instaló la vida cambió, mejoró rotundamente el nivel de vida" sostiene Carlos Leguizamón, director de la Escuela de Familia Agrícola (EFA) Ñandé Sy La Itatí, del paraje Malvinas.
 
Carlos hace más de 25 años está al frente de la EFA y tiene la particularidad de contar con una vivienda en la ciudad de Esquina, con todo el confort que provee la energía eléctrica. Pero de lunes a viernes él y su familia viven en el paraje, por lo que puede describir claramente la importancia de la electricidad en la vida cotidiana.
 
El paraje Malvinas se ubica a 85 km de la ciudad de Esquina, cabecera del departamento, y otras ciudades cercanas se ubican a más de 120 km, como Pueblo Libertador, Curuzú Cuatiá o Sauce.
 
En sus orígenes tenía una población numerosa, pero no estuvo ajena al fenómeno de la emigración poblacional. Nunca hubo luz en el paraje y las respuestas a los reclamos siempre fueron similares: "Es muy costoso". El lugar más próximo desde el cual se podría traer energía eléctrica por cableado se encuentra a más de 45 km. La primera experiencia de suministro eléctrico para el paraje fue en el año 2009 cuando se proveyó de sistemas fotovoltaicos a algunas escuelas. Pero los pobladores seguían careciendo del servicio. Hasta que en agosto de 2020 se inauguró la Central Híbrida Solar-Diésel Paraje, y Malvinas se transformó en el "primer paraje sustentable" del país en alimentarse exclusivamente con energía solar.
 
La planta solar, que beneficia a más de 90 familias, cuenta con 1.140 paneles y un banco de baterías de tecnología avanzada. Los paneles cargan las baterías y luego distribuyen a la red.

En primer orden se consume la energía que generan los paneles, luego lo que está almacenado en las baterías y por último, la generación diésel, en caso de emergencia.
 
"Tras la llegada de la electricidad, los pobladores empezaron a comprar televisores, ventiladores, heladeras y otros electrodomésticos, dentro de pautas de consumo responsable", opina el profesor Leguizamón. Agrega que "hay más vida nocturna, los negocios atienden hasta más tarde, se consiguen bebidas frescas, y más alimentos perecederos, mejoró la comunicación por celular e Internet, entre tantas nuevas cosas que permite la electricidad". En el poblado mejoró la iluminación y cuentan con servicios de Internet de mayor potencia.
 
Los productores se animan a nuevos desafíos, pues la electricidad posibilita mejorar el riego, usar más maquinarias, guardar la producción o hacer productos elaborados.
 
Por su orientación agrotécnica, la escuela EFA de Malvinas tiene distintas actividades productivas que mejoraron gracias a la provisión eléctrica. Antes, para muchas de las tareas se utilizaba el grupo electrógeno que implicaba un consumo de entre 30 y 40 litros de combustible por semana.
 
Actualmente, a la escuela asisten adolescentes que siempre tuvieron energía en sus casas, otros que empezaron a tener ese servicio en los últimos tiempos y algunos que carecen de electricidad en sus hogares. "Esas tres realidades que hoy convergen en la escuela permiten observar la importancia que se brinda al servicio entre quienes lo tienen y quienes no" concluye Carlos Leguizamón.
 
Apipé Chico y la era del candil

La isla Apipé Chico forma parte de un enclave de islas pertenecientes a la provincia de Corrientes, pero con la particularidad de estar rodeadas por aguas del río Paraná cuya jurisdicción corresponde a Paraguay. Con 23,8 kilómetros cuadrados y casi 50 familias que habitan de manera permanente -más algunos pobladores en islas cercanas- el lugar no tenía electricidad pese a estar justo frente a la represa de Yacyretá.
 
La llegada de la electricidad por cables requiere la construcción de torres y líneas que crucen casi 7 kilómetros de río, y además pasar por aguas internacionales. En ese contexto, desde la Secretaría de Energía de Corrientes se optó por la energía solar fotovoltaica como la alternativa más viable para este territorio insular.
 
"Toda la vida estuvimos a oscuras y, de pronto, la luz se hizo y no fue desde Yacyretá. En Apipé Chico se terminó la era del candil y de la farola a kerosén, y tampoco necesitamos más las velas". Así describe Javier Alejandro Benítez, poblador de Apipé Chico, lo que representa para él la llegada de la energía.
 
"Ahora ya no nos apuramos antes de que caigan las noches. Los chicos pueden mirar tele, se pueden realizar actividades nocturnas por la luz, así como más tareas laborales, y más personas se animan a conocer la isla".
 
La energía solar fotovoltaica posibilitó además dotar por primera vez de agua potable a la isla Apipé Chico. La alegría expuesta por los pobladores es tan grande, a pesar de que la energía provista es acotada. Los sistemas de 12 voltios instalados en las casas por la Secretaría de Energía permiten el consumo para 5 focos, cargar celulares, y, a veces, con un inversor se puede conectar un ventilador o una tele con antena satelital.

Algunos pocos productores fueron beneficiados con sistemas de paneles en red de 220 voltios, que tienen una capacidad un poco mayor, para que funcione un freezer y alguna maquinaria pequeña. Sin embargo, el solo hecho de tener energía para iluminación ya es un logro, en un territorio caracterizado por la inmensidad de las noches. Los habitantes progresivamente van concientizándose sobre el consumo responsable de la energía y del mantenimiento de los equipos.
 
La satisfacción por la energía con la que cuentan se alimenta además por las expectativas de que se mejoren los dispositivos. Es que existe un compromiso del Gobierno provincial de que toda la comunidad de Apipé Chico pueda ser abastecida con sistema de 220 voltios.
 
Confían en que la energía, con futuras mejoras, favorezcan las actividades productivas -mejorando la situación económica de los pobladores- y ayude a revertir así el éxodo de los habitantes, en especial de los más jóvenes. "Sin lugar a dudas, la llegada de la energía -pese a las limitaciones- representa un hito en la historia de Apipé Chico", dijo Javier Benítez.
 
Desarrollo y transferencia

El doctor Manuel Cáceres, director del Grupo de Energías Renovables de la Universidad Nacional del Nordeste, explica que para muchos países la energía no es un problema, por lo que las energías renovables constituyen estrategias de diversificación de la matriz energética.
 
Pero en lugares como Sudamérica, y particularmente Argentina, con gran extensión territorial, el acceso al servicio sigue limitado para miles de personas y el desafío para los profesionales y las instituciones competentes es seguir pensando en acciones en las que innovar signifique aprovechar los avances tecnológicos para garantizar un derecho básico.
 
Para el investigador del GER-UNNE, grupo que colabora con los proyectos que se implementan en la Provincia, debe dimensionarse la importancia de lo que se está haciendo en Corrientes, porque "la gente adapta su vida cotidiana a la energía".



Fuente La República de Corrientes
Fuente:

Autor: